En los últimos años, la organización del trabajo cada vez más ha evolucionado dejando de ser de índole individual, a involucrar e interactuar a dos o más trabajadores para lograr de manera efectiva la los objetivos comunes. Para poder realizar los diferentes procesos y tareas, es necesario de la colaboración y cooperación de varios miembros de la empresa, los cuales participan y se comunican entre ellos, formando un equipo de trabajo.

Trabajar en equipo, requiere la movilización de recursos, diversidad de habilidades y aptitudes, altos niveles de conocimiento y adaptabilidad de los miembros ante diversas situaciones. No obstante, en ciertas ocasiones existirán algunos elementos que pudieran obstaculizar al equipo y su consecución de sus objetivos, lo ideal es que cada trabajador aporte su granito de arena para obtener los mejores resultados.

Los equipos no son exitosos por casualidad. El Centro de Liderazgo Creativo (CCL) indica que hacer las cosas bien desde el principio incrementa sustancialmente las probabilidades de que su equipo cumpla con la tarea para la cual fue constituido. De igual manera, CCL explica que existen   cinco áreas críticas que ayudan a conformar un equipo de trabajo exitoso.

1. Definir claramente el rumbo: todo equipo debe tener un propósito común que ofrezca a los miembros un contexto dentro del cual puedan entender la razón de la formación del equipo de trabajo y su funcionamiento. También, es importante esclarecer el papel de cada integrante y la trascendencia de sus funciones para el complimiento de los objetivos.
2. Generar apoyo institucional: los equipos de trabajo son más productivos cuando cuentan con el apoyo explícito de su organización y tienen acceso a recursos para respaldar sus esfuerzos.
3. Crear una estructura que empodere a los miembros del equipo: identificar las habilidades, destrezas y competencias de cada miembro del equipo para organizar las tareas o acciones individuales y comunes. La comunicación asertiva entre los miembros es esencial en esta etapa debido a que ayuda al logro de los objetivos del equipo.
4. Identificar relaciones clave: se deben establecer las relaciones con personas de valor externas, de forma de obtener el mejor acceso a los recursos que necesita el equipo.
5. Monitorear los factores externos: recolectar y analizar información sobre las circunstancias del entorno externo que podrían afectar los objetivos de su equipo le permitirá hacer ajustes oportunos.

La mayoría de los problemas que tienen que enfrentar los equipos de trabajo no solo son predecibles sino también prevenibles. Los obstáculos que se suelen presentar pueden ser solventados desde el inicio, invirtiendo un gran esfuerzo en la selección de los miembros del equipo, en la definición del propósito y en la identificación posible factores externos que afectan el trabajo y armonía de los miembros.

Fuente: Centro de Liderazgo Creativo